CONVENTO DE SANTA CLARA. MONASTERIO SANTO CRISTO DEL PASMO.
LAS CLARISAS DE MONTIJO.1. Navarro del Castillo, Vicente: MONTIJO. APUNTES HISTÓRICOS DE UNA VILLA CONDAL.
2. Arévalo Sánchez, Antonio: LAS CLARISAS DE MONTIJO. HISTORIA DEL MONASTERIO SANTO CRISTO DEL PASMO.
Fotografías.:
Manuel Cuerpo Rocha
Juan Ortiz (parte interior)
INTRODUCCIÓN.:
Trataremos de hacer una breve exposición con estas diapositivas y fotografías con el objetivo de acercarnos a la historia de este convento a través de fuentes como las que mencionamos en la bibliografía , las más documentadas que hemos encontrado y resumiendo en todo lo posible.
La misma fachada una vez hecha la restauración por expertos.Vemos un cambio espectacular. Fachada que da a la Plaza de Santa Clara. |
La finalidad fue en su día dar a conocer a los escolares una aproximación a la historia del convento y a la historia local. Hoy pretendo actualizarlo y hacer llegar a los compañeros docentes que quieran hacer uso de este trabajo un instrumento por si ellos lo estiman de interés para seguir cumpliendo esa finalidad y en general a todos para aportarle unos primeros paso que despierte en ellos el interés por nuestro patrimonio municipal.
Es evidente que los edificios que constituyen el patrimonio de un pueblo deben protegerse. Hay que evitar estas cosas por razones obvias. |
Obviamente partimos de
la idea de que este trabajo está abierto a cualquier revisión e iniciativa que pueda mejorarlo o completarlo para
favorecer las metas que persigue.
Esquina del convento, calle Santa Ana y Plaza de Santa Clara (ayer y hoy). Muros y torreón una vez restaurado. |
Detalles de torreón antes de la restauración llevada a cabo por los expertos |
Fachada norte, en la Calle Santa Ana (imagen tomada desde la Plaza de Santa Clara) |
La misma fachada , tomada desde la calle Santa Ana. Iglesia y monasterio. |
Aunque es conocido con el nombre
de Convento de Santa Clara, su verdadero nombre es Convento del Santísimo
Cristo del Pasmo. Esta situado en la calle Santa Ana y fue construido en 1703
en el mismo lugar que había estado el Beaterio de Nuestra Señora de los
Remedios desde 1617.
Puerta de entrada al convento en la Calle Santa Ana |
El Convento de Santa Clara, goza entre los montijanos/as de gran cariño, influencia y prestigio. Es para Montijo como algo propio considerándose que irradia gran influencia espiritual entre sus vecinos.
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Las clarisas de Montijo,
Franciscanas Clarisas, están dedicadas a la oración y al trabajo. Su principal
fuente de ingreso según parece ha estado basada en la repostería que han gozado
de prestigio en sus labores de fabricación de dulces famosos no sólo en Montijo
sino en toda la provincia y en otros trabajos como la encuadernación de libros
y fascículos así como en el trabajo en la propia huerta del convento
Otra de las puertas de acceso a las dependencias del convento, puerta de acceso a la Iglesia, también en la fachada norte, Calle Santa Ana.
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“El convento de las Clarisas de Montijo, llamado Santo Cristo del Pasmo porque el altar de su iglesia está presidido por una impresionante talla que representa la agonía de Cristo en la cruz, talla esculpida por el artista del siglo XVI de origen francés y afincado en Valladolid, Juan de Juni.
En el convento vive actualmente
doce religiosas de la Orden de Santa Clara consagradas al Señor con los votos
de pobreza, castidad y obediencia, viven el lema de ora et labora (reza y
trabaja)” (2)
Etapas hacia la fundación del convento
Puerta situada en la fachada norte, Calle Santa Ana. Placa instalada en los últimos años, tras la remodelación o restauración llevada a cabo en el convento. Puerta de acceso a la Iglesia. |
“El primer beaterio de Montijo estuvo situado en una media casa de la calle Badajoz, en la casa de Beatriz Jiménez, esposa de Alonso Rodríguez, al que había seguido a Yelves (actual Elvas), en la vecina Portugal…” (2). Parece ser que éste será el germen de futuro convento.
Una de las beatas, vecina de Montijo, Marina Sánchez, antes de su muerte hizo testamento a favor del beaterio montijano. En 1583 los bienes legados, siendo beata mayor Inés Domínguez, pasan a poder del beaterio.
Placa situada en la fachada norte, Calle Santa Ana (visualizada en la imagen anterior) |
Tanto en el libro de Vicente Navarro del Castillo (1) como en el libro de Antonio Arévalo Sánchez (2), citado en la bibliografía de este punto, se describe con detalles todo este proceso y trasiego hasta la formalización legal de la herencia y la decisión del traslado a la casa heredada en la calle Santa Ana y que no detallamos aquí por considerar que está fuera del objetivo de esta presentación. (Damos las fuentes por si alguno quiere ampliar su conocimiento sobre este tema).
Segunda fase: Traslado del beaterio a la casa heredada de Santa Ana
Observamos Espadaña del convento después de la restauración |
Detalles de la espadaña del convento de Santa Clara de Montijo, restaurada en 2004. |
El nuevo emplazamiento, que
vendría a denominarse Beaterio de Nuestra Señora de los Remedios o de la
Piedad, ubicado en la calle Santa Ana (1), en la casa heredada, a medida que
van pasando los años se va rehaciendo con las ayudas de las limosnas, las
rentas existentes, y el apoyo de algunos principales del lugar y de el propio
Conde de Montijo Cristóbal Osorio Portocarrero que interesado en este tema favorece el desarrollo del mismo y de la
iglesia que se levanta colindante.
Patio de la cisterna, data finales del siglo XVII, imagen de mi colección de diapositiva realizadas para los diaporamas con la colaboración de Juan Ortiz.
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Poco apoco va evolucionando,
consolidándose y poblándose. Ya en 1617, la beata mayor, Elvira de San Juan
gestiona y pide licencia para que en la iglesia que habían hecho y fundado
junto a la casa se pudiera dar misa como en las demás ermitas. Con el beneplácito
de la parroquia de San Pedro la licencia fue otorgada ese mismo año y el
beaterio se declara de la Tercera Orden de San Francisco.
Otra toma o diapositiva del patio mencionado. Patio cuadrado, de dos pisos. |
Con el nuevo beaterio e Iglesia ya funcionando, las beatas organizaron su vida en comunidad, atendiéndose a las reglas de la Orden Tercera de San Francisco, de cuyos frailes recibían asistencia. Pasan los años, lógicamente viven los acontecimientos históricos del momentos, como la guerra con Portugal, se llegará a las obras del nuevo convento. Los detalles de todo este proceso y tránsito de tiempo los podrán ver con precisión en la bibliografía que citamos (1) y (2).
Detalles del pozo, del patio de la cisterna , finales del siglo XVII. En medio del patio el brocal marmóreo de la cisterna |
Imagen o diapositiva de mi colección para los diaporamas realizados del convento. |
Motivos de la toma de decisiones:
Como consecuencia lógica después de la guerra con Portugal la situación económica era precaria en todas partes, lógicamente en el beaterio no era una excepción y su economía era precaria también, “económicamente siempre llevó una vida de penuria y estrechez, ya que sus necesidades sólo se cubrían con las escasas dotes de las religiosas y con las limosnas de los devotos y de los Condes de Montijo” (1). No obstante y a pesar de esas circunstancias se plantea la edificación del convento alrededor del 1 de octubre de 1684.
Escalinata del Patio Viejo principio siglo XVII, diapositiva de mi colección realizada con la colaboración de Juan Ortiz. |
Diapositiva del Claustro y escalinata del patio viejo ya citado |
Otra de las razones que
se baraja, parece ser que el Conde pasaba largas temporadas en Montijo ( estando
avecindado en Badajoz) lo que hace que se entablara “una íntima y santa
intimidad con la Madre maría de la Encarnación, que con sus santos consejos le
apartó de algunos malsanos devaneos” – según Vicente Navarro del Castillo – y
así todo ello hace que el empeño del conde.
Diapositova con imagen del claustro |
“Las gestiones para la erección de Convento fueron largas y laboriosas,
pero al fin tuvieron una resultado feliz, al firmarse en Roma el 11 de marzo de
1703, el ansiado decreto, por el que el Beaterio de Ntra. Sra. de los Remedios
o de la Piedad se erigía en Convento, con el nombre de Ntro. Dr. del pasmo,
según había sido la voluntad de su valioso protector, D. Cristóbal
Portocarrero, Conde de Montijo y las beatas terciarias franciscanas se
convertían en religiosas de la Orden de santa Clara. El decreto redactado en
italiano y en latín venía dirigido al Prior del Priorato de S. marcos de león,
de cuya jurisdicción pertenecía la villa de Montijo y al que se comisionaba
para que llevase a efecto la erección de Monasterio” (Capítulo XX del libro
de Vicente Navarro del castillo: MONTIJO. APUNTES HISTORICOS DE UNA VILLA
CONDAL págs. 137 a 142).
El Convento de Montijo
pertenecería a la provincia religiosa descalza de San Gabriel.Tres centurias de vida claustral.
Desde su fundación a día de hoy tres siglos nos contemplan y lo largo de todo este tiempo el convento ha sabido sobreponerse a un sinfín de circunstancias adversas como las guerras con Portugal, expolio de los bienes monásticos (época de Mendizábal), etc. que encontrarás detallado en el libro de Vicente Navarro del Castillo o de Antonio Arévalo Sánchez citado en la bibliografía. A pesar de todo la vida claustral pervive hasta nuestros días por la perseverancia de las mujeres que se entregaron a esta vida conventual.
En la diapositiva observamos el claustro bajo elrededor del patio de la cisterna, finales del siglo XVII. |
Vista del Claustro alto del Patio Viejo. En este claustro de arriba alinean las celdas de las monjas. |
Vista la negativa de las clarisas
emeritenses se piensa en las clarisas de Zafra pero tampoco se consigue y se
pide permiso al obispo de Badajoz, D. Juan Marín de Rodezno para que se
trasladaran dos religiosas del Convento de Barcarrota, permiso que se concedió.
Desde la llegada al Convento de
Montijo de las religiosas de Barcarrota, doña Inés del Espiritu Santo y Doña
Catalina de la Trinidad, habían pasado seis
años y medio, por lo que se creyó suficientemente instruidas a las religiosas
montijanas y se autoriza la marcha de éstas a su convento de origen
Las clarisas o seguidoras de
Santa Clara de Asís (monja italiana que bajo la influencia de San Francisco de
Asís fundó la orden religiosa de las clarisas y que fue canonizada por Alejandro
IV en 1225).
No es objetivo de este trabajo
describir la vida de las monjas clarisas, que como hemos indicados podrás
encontrar perfectamente detallada en el capítulo V del libro, ya citado, de Antonio Arévalo
Sánchez (este libro podrías adquirirlo hoy en el mismo convento donde está a la
venta) y que si te interesa el tema te lo recomendamos por considerarlo como lo más completo de lo publicado que yo conozco.
La supervivencia del convento.
“Fallecido el conde fundador
Cristóbal Portocarrero y Guzmán de Luna en 1704, al poco de erigirse el
monasterio (…) parece que ninguno de los herederos mostró igual interés en la
protección de las monjas” (2) y consecuentemente tuvieron los lógico problemas
de la falta de este apoyo. No obstante además de la casa condal, el monasterio ha
contado a lo largo de su historia con otros mecenas como por ejemplo Miguel de
Zabala y Auñón, natural de Badajoz, que tuvo en el convento a una hermana, sor
Rosa de la Concepción, y a su sobrina
sor Andrea de San Miguel, y que haría testamento a favor del convento, como lo
harán igualmente otros pariente de la familia Zabala.
Junto a estos apoyos externos el
tesón, el trabajo, las limosnas, etc ha hecho posible que a pesar de todos los
problemas sigan adelante. Los trabajos de confecciones de
flores de papel y talco, industria que surtía al ornato de las iglesias,
panteones y hogares; la fabricación de pan para consagrar que se servían a
varias parroquias, los trabajos de bordados, ornamentos litúrgicos, los
trabajos de encuadernaciones y el éxito en la artesanía de los dulces… todo ha
hecho que fuese las fuentes que han sostenido a las monjas de este convento.
Hoy queremos señalar, para terminar este trabajo que a lo largo de estos tres siglos de supervivencias el Monasterio cuenta con un patrimonio artístico, con una bonita iglesia conventual y entre lo más sobresaliente podemos citar, un lienzo de Cristo del pintor extremeño Luis de Morales, "El Divino" (siglo XVI) y los objetos consagrados al culto litúrgico del monasterio.
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